Pacayacu perdió la fe en las petroleras

Las épocas de sequía son las más complicadas. En Pacayacu, el agua lluvia es la única opción que ha quedado a sus pobladores , por eso cuando escasea la preocupación los invade. Si no hay agua lluvia tienen que tomarla de los ríos, que, aseguran, está contaminada. Pacayacu es una parroquia del cantón Lago Agrio, en Sucumbíos, que vive los efectos de una explotación petrolera de más de 20 años y que aún continúa. Allí, sus habitantes han perdido la fe en las empresas petroleras y en el Gobierno. Su principal clamor es un derecho consagrado en la Constitución: agua que puedan consumir. Sus pobladores viven allí alrededor de 40 años. La mayoría llegó desde el sur del país en los años 70, con la Reforma Agraria. Pero ahora están en medio del campo Libertador, operado actualmente por Petroamazonas. Aunque quisieran abandonar sus tierras no encuentran comprador para un espacio afectado por constantes derrames de crudo y en el que los sembríos no crecen. “Nunca hemos podido tomar agua buena”, dice Salomón Condoy. Él es dueño de 40 hectáreas cerca de los pozos Secoya y su terreno fue afectado por un derrame en junio del 2013, que aún está en reparación. Fuente: El Comercio.