La caída vertiginosa del precio del petróleo no significa necesariamente malas noticias para el Estado ecuatoriano. Los costos de los combustibles también han caído y por lo tanto el subsidio para gasolinas, diésel y gas doméstico (GLP). Por eso el Banco Mundial y un grupo de analistas considera que este es el mejor momento para sincerar los precios de los derivados de petróleo, dejar atrás los subsidios generalizados, que históricamente han afectado las finanzas públicas. Durante el 2014, el Estado gastó USD 6 114 millones en importar derivados de petróleo, de los cuales únicamente recibió USD 2 207 millones por su venta, según datos del Banco Central. Debido a que los precios del combustible están congelados, el Estado ha subsidiado a la población, sobre todo a la de mayores ingresos, con cerca de USD 4 000 millones, sin tomar en cuenta el contrabando que se fuga por fronteras hacia Colombia y Perú. El monto que destinó el Gobierno en subsidios el año pasado representa casi el doble del costo de la central Coca-Codo Sinclair, que será la mayor hidroeléctrica en el territorio a partir del 2016, cuando se prevé que entre en operación. Fuente: El Comercio.
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