Desalojo de la plaza San Francisco puso el punto final a marcha obrera

Fueron dos manifestaciones políticas que se dieron en varias ciudades del país. Sobre todo en Quito, la capital, las multitudes llenaron las plazas. Por una parte, en la Plaza Grande, el oficialismo se congregó alrededor de una tarima para escuchar al Presidente, a los ministros, asambleístas y líderes de Alianza País. Pero en la plaza de San Francisco, la movilización de trabajadores y organizaciones sociales no pudo terminarse. Un grupo de policías antimotines dispersó la marcha. Había comenzado cuando unos jóvenes provocaron a los uniformados. Estos respondieron de inmediato y comenzaron a ingresar a la plaza. Los movilizados empezaron a gritar que se trataba de una marcha pacífica, que solo estaban escuchando a los dirigentes proclamar sus discursos. De pronto, voló un palo hacia la policía que respondió con perros y caballos. Y la plaza fue desalojada. A pocas cuadras de allí, el escenario era todo lo contrario. Era lo que el oficialismo llamó la concentración de la alegría. Junto a la puerta principal de la Catedral se instaló una tarima desde donde se pronunciaron los discursos y también se presentaron artistas como Jesús Fichamba, Trío Pichincha o La Vagancia. “Unidos por la Revolución del Trabajo” fue la leyenda que abanderó el evento convocado por Alianza País, a la vez que otras como “El pasado no volverá” fueron recurrentes entre los carteles. Eran las dos caras de una moneda política que se repitió en todo el país. En otras ciudades como Loja, Manta, Cuenca, Guayaquil, entre otros, el sindicalismo se movilizó en el día bautizado como 17-S.  Fuente: El Comercio.